Ensayo de Nuria

Tradicionalmente la función de la educación ha sido adaptar a los individuos a su contexto social particular. Aspirar a continuar con esta concepción de la educación en la sociedad actual significa mantener una actitud incoherente con la realidad, ya que los contextos sociales han modificado sus estructuras y sus valores.
El vertiginoso cambio tecnológico y social convierte en inviable este modelo educativo por lo que es necesario recapacitar sobre nuevas perspectivas y orientaciones en el campo educativo.

Para tomar consideraciones de peso con respecto a este tema es necesario, en primer lugar, tomar conciencia real de los cambios que se han producido en nuestra sociedad: los nuevos intereses humanos, los nuevos accesos a la información, nuevas técnicas, nuevas corrientes de pensamientos y valores, nuevas relaciones entre los pueblos en un mundo globalizado, etc.
Tras haber reflexionado acerca de estos elementos de la nueva realidad nos daremos cuenta de que no será posible adaptar a las nuevas generaciones a ella si no es tomando estrategias tan innovadoras como los problemas a los que nos enfrentamos.
Desde mi punto de vista según lo anterior, el deber de la educación es la investigación y la innovación. No es concebible que un docente mantenga sus métodos de siempre en una situación como la descrita anteriormente y tampoco es posible conocer a ciencia cierta cuáles serán los pasos idóneos a seguir de manera inmediata por lo que la vía que yo considero más acertada estaría próxima a lo que se conoce como investigación-acción. Así la investigación deberá ser una actividad constante para cualquier docente, realizada día a día en su contexto, en la cual se contará con la realidad social actual y que estará encaminada a la mejora de la práctica.
Por otro lado es necesario mencionar que el complemento obligado de esta investigación es la innovación didáctica.
“La innovación es un cambio que se produce porque la sociedad cambia. Las organizaciones cambian y las personas, sus relaciones y sus acciones y resultados necesitan cambiar” (Gairín, 2001)

Me gustaría añadir la aportación de una idea en la que debería estar basada la mayoría de las innovaciones educativas: la búsqueda de una actitud reflexiva en los alumnos.
Cada día nos enfrentamos a un mundo en el que existe una gran relatividad axiológica, tanto es así que incluso algunos autores hablan de una verdadera crisis de valores.
Resulta muy complicado para cualquier persona tomar una actitud frente al mundo debido a este relativismo que impera en él. Existe tal cantidad de datos e información que discernir la que puede resultar válida para nuestra vida y nuestros proyectos es cada vez más complicado. Si esto es así para un adulto cuánto no lo será para un niño o un adolescente. No es posible ya mostrar unas bases inalterables de conocimientos a los alumnos pues al salir de las aulas se encontrarán con otros tantos que pueden resultar igual de válidos o pueden ser contradictorios.
Debido a esto opino que es fundamental armar a los alumnos de una buena capacidad reflexiva, con la que puedan contar a la hora de enfrentarse a las continuas recepciones de información fuera de la escuela, en cualquier ámbito de su vida.
Siguiendo esta reflexión se apoyaría la creación de una escuela participativa para la mejora de la enseñanza, con la finalidad de promover un cambio cultural en las escuelas encaminado a la reflexión.

Es también una realidad que existen grandes resistencias a las innovaciones educativas en las escuelas actuales. Sigue imperando una obsesión por el orden y el silencio en clase así como los métodos memorísticos que alejan a los alumnos de una mejor adaptación en la sociedad actual. Además es posible que muchas organizaciones y profesores no se crean capacitados en el desarrollo de una didáctica integrada por el acercamiento a las nuevas tecnologías, la participación y la reflexión de los alumnos y prefieren ser fieles a los métodos en los que se sienten más cómodos. Éstas son cuestiones que sin duda no tendrán una fácil resolución.